El calentamiento global, el agujero en la capa de ozono, la lluvia ácida, el esmog de la ciudad y la radiación ultravioleta tienen, todos ellos, algo en común: su origen en la contaminación del aire.
Aun cuando estas expresiones, ya muy trilladas, se han tratado emocionalmente, no hay duda de que la contaminación del aire causa daño potencial o real al medio ambiente, lo que hace que estos términos despierten el interés de quienes trabajan en las industrias y en el campo ambiental y de quienes están interesados en este tema.
A pesar de este interés y de las mejoras que se han obtenido al respecto, el deterioro ambiental puede sin duda eliminar el desarrollo (industrial y, en general, de todas las actividades que realizamos) local, regional y global. Heredamos nuestro planeta con un legado de contaminación. Lo que nos preocupa de esta herencia es si podemos conservar un desarrollo sustentable, o si el progreso técnico que nos ha traído prosperidad destruirá “la salud de las generaciones futuras”.
Pon tu grano de arena: afina tus vehículos y montacargas, carbura tus hornos industriales y calderas, controla las emisiones y polvos de tus procesos.
FUENTE: Air Quality Control Handbook.
Mcgraw-Hill Companies, Inc.
Por: Ing. Marco Antonio Mercado Valenzuela (Pulse AQUÍ para leer su semblanza)